sábado, 18 de diciembre de 2010

Ángel de la guarda

Aunque no pasa un día en el que no te recuerde, en estas fechas te haces, si cabe, más presente.
Seis años desde que te fuiste...y parece más que una eternidad. Dicen que no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que lo perdemos. Contigo sabía lo que tenía, pero hasta que no te perdí no me hice plenamente consciente de ello, no  me di cuenta de que hasta aquel día había tenido una hermana pequeña en toda regla, de la que sentía celos de pequeña, con la que compartía horas de juegos, con la que me peleaba si pasábamos más tiempo de la cuenta juntas, a la que iba a buscar al cole y ayudaba a hacer los deberes, con la que empecé a hablar de chicos...una hermana pequeña que pasó a convertirse en mi ángel de la guarda. Fue el paso más difícil de mi vida el hacerme consciente de que no estabas, de que no iba a verte, de que no iba a cruzarme contigo por la calle, de que por mucho que esperara no volverías a llamar a mi puerta...pero que iba a tenerte para siempre de otro modo. Bien sabes tú que sigo contándote todo, bien sé yo que tú no dejas de velar por mí.
Aparte de todos nuestros recuerdos, ¿sabes qué es en lo que más pienso? En cómo sería nuestra vida ahora, en cómo serías tú. Daría lo que fuera por poder volver a abrazarte.
Ahora sé que no pasa nada porque no me despidiera de ti, ninguna queríamos hacerlo...porque SIEMPRE estaremos juntas.

sábado, 27 de noviembre de 2010

Una mano amiga

Cuando un atleta corre una maratón y ve a lo lejos la línea de su ansiada meta aproximándose paso a paso después de tanto esfuerzo, pero de pronto la oscuridad lo inunda todo y ya no sabe hacia dónde dirigirse...¿qué ocurre entonces?
Cuando un náufrago se lanza al mar en una balsa construida con el sudor de su frente en busca de su hogar y al fin divisa tierra firme, su hogar, pero se forma una fuerte tempestad que lo hace caer a las turbulentas aguas...¿qué ocurre entonces?
Cuando las manos y pies de un escalador exhausto están ya agrietadas y apenas quedan unos metros para alcanzar la cima, la cumbre de su éxito, pero la montaña se derrumba...¿qué ocurre entonces?
En muchas ocasiones la oscuridad no nos deja ver, el agua y el viento nos golpean impidiendo que podamos subir a nuestra balsa, un movimiento de tierra hunde nuestra montaña y volvemos al suelo...¿cuántas veces nos hemos sentido así?
Pero por muchas sombras y tempestades que padezcamos, siempre nos quedará algo, algo que nos empuja, algo que nos ayuda a volver a ver la luz, algo que nos saca de la tormenta y nos pone de nuevo en rumbo, algo que junto a nosotros empieza a colocar uno por uno los granitos de arena de nuestra montaña: una mano amiga. No importa si son muchas manos o pocas, lo importante es que sean fuertes y que en el momento en que caigamos, no se aparten, sino que se unan para que no nos hagamos daño.
Mira a tu alrededor y siempre encontrarás esa mano amiga, y recuerda: cuando algo no es fácil, se vuelve más valioso.

En un trocito de equipaje

Qué gratificante es partir, simplemente por romper la rutina, y volver con mucho más de lo que te llevaste...cosas que precisamente no pueden guardarse en una maleta.
Encuentras nuevos lugares, situaciones, personas, que sin pensarlo marcan un nuevo punto en tu vida...se forman nuevos lazos y vínculos: refuerzas aquellos que ya tenías, aparecen otros nuevos e incluso te percatas de aquellos que estaban latentes y que eran desconocidos.

Con todo esto, mi satisfacción era plena, pero de golpe, sin planearlo, sin que pasara por mi mente, apareciste. Se encendió una luz, no sé cómo, pues el muro delante de mí me impedía ver más allá. Transcurrieron las horas y fue menguando la distancia entre nosotros...hasta que descubrimos nuestra magia, una magia que nos sorprendió y que, de algún modo, nos unió.
Hoy te dedicaría la letra de esas canciones, hoy te diría todas esas cosas, hoy me gustaría estar contigo...porque me he dado cuenta de que desde que te vi no he dejado un instante de pensar en ti.
No sé si continuarás en mi camino, no sé si fuiste un capricho del destino o una ayuda que me prestó la vida para volver a creer en mí, en mi poder y que una vez completada la misión, debo dejar atrás para continuar. Lo que sí sé es que te traje en un trocito de mi equipaje y al llegar te guardé en un rincón de mi corazón.

Y ésta es una de esas letras, una de esas canciones... http://www.youtube.com/watch?v=_PdLeu86MOM